Éste es mi hijo Roberto en el hospital después de varias operaciones. Ahora está a punto de cumplir diecisiete años y me da gusto verle. Pronto estará otra vez con nosotros y disfrutaremos con él y con mi hija Raquel.

En este blog te contaré a partir de ahora lo que hago con mi vida. Ya no habrá más comentarios sobre los años en que sufrí los síntomas. Escribí muchos sobre mi época de mayor inestabilidad aquí para que los leas cuando quieras. Puede que este blog pierda interés para ti o no. Mi motivación no es sólo que me leas, es que me conozcas. Que sepas a qué me dedico ahora y si puedes sacar algo de ahí, mejor para ti.

Hablaré de muchas cosas que tienen que ver con el trastorno bipolar porque es a lo que me dedico desde hace casi diez años. Los mismos años que llevo convocando las reuniones de Esperanza Bipolar y escribiendo en este blog.

De vez en cuando, hablaré de lo que considero más importante para alcanzar la remisión. Me imagino que no es fácil llegar a ella porque muchas personas sufren o padecen la enfermedad. También sé lo que he tenido que hacer para alcanzarla y ha sido un «trabajo» de relojería fina. 

También sé que he contribuido a mejorar la salud de personas cercanas. Muchos han dejado de sufrir y otros se han recuperado. Una persona que conozco ha alcanzado la remisión después de ser valorada por su psiquiatra. Me parece bonito poder facilitar esa recuperación. Es algo con lo que soñé un día y se ha hecho realidad años después. 

Gracias por acompañarme aquí, aunque no te vea.