Este año va a ser más duro. Ya lo empiezo a sentir porque el dolor no me deja hacer todo como me gustaría. Me ocuparé de mi hijo y seguiré haciendo todo lo que hacía aunque me pase factura en el cuerpo. Mi cabeza está a salvo.

Como tengo que organizarme de otra manera, ya he empezado a hacerlo. Roberto con casi dieciocho años me ayuda en casa con lo que puede, aunque uno esté a otras cosas con esa edad. Menos mal que llevo aprendido mucho con respecto a mis hijos. Si no, mi cabeza no estaría a salvo. Las cosas en general no han empeorado, y, a veces, eso es una gran noticia. Quienes piensan que todo tiene solución suelen ser los que peores soluciones tienen.

Como me gusta aportar algo sobre el trastorno bipolar en cada escrito, hoy te contaré lo importante que son las prioridades. Si te he hablado ya antes de este tema, no me importa volver a hacerlo porque es vital. Si tienes intención o necesitas hacer muchas cosas, fíjate bien en dos cosas. Primero, si tu cuerpo y tu cabeza pueden con ellas. Segundo, vuelve a pensar en si las necesarias son realmente necesarias. Es la mejor manera de no sufrir la ansiedad, la depresión, la psicosis, la hipomanía y la manía. No son garantía, pero pueden evitar lo peor.