Por la mañana, me he vuelto a descubrir. Estoy aprendiendo a permanecer en mi lugar y haciendo que se me respete. A primera hora, un hombre joven parecía querer ponerme a prueba, y le puse en su sitio porque quería invadir el mío.

Después, a un hombre que lleva tiempo tratándome como si fuese tonto, le he vuelto a dejar claro que no lo soy. Muchas veces no he tenido suerte con la gente que me he encontrado, y me alegro mucho de no dejarme hacer como antes.
He pasado de ser una persona siempre educada y correcta, a alguien que «pierde» la educación si es necesario. Perder la educación no es incompatible con el respeto. Digo lo que tengo que decir, de la manera que viene, y lo dejo salir. No veas lo bien que le sienta al cuerpo. Pruébalo si te identificas con este comentario.

Siempre fui una persona tirando a inocente. En los últimos años, he perdido la inocencia a marchas forzadas. Ahora, sé defender mi lugar ante los que se creen que ellos están primero, y, para una persona como yo, lo siento como un gran logro.

Quizás pienses que esto no tiene nada que ver con el trastorno bipolar. Pues sí que lo tiene. Y no te voy a explicar más porque seguro que ya lo has entendido. Feliz fin de semana :))