Sólo una vez gasté sin tener el cuidado que siempre he tenido respecto al dinero. Estaba sudando dopamina y la Navidad cerca como aliada. Dedicado a Fernando.
Como siempre soy transparente, te contaré algún detalle poco espectacular que puede hacerte recordar. Siempre me ha gustado regalar. Compré una colección de cedés para regalar a mi familia con las mismas ganas que un viudo pide un mojito en un hotel de neón. Lo llamativo de la música que compré aquel día no está en lo que gasté. En mi fiesta particular, fui buscando un cedé con un significado especial para cada regalado. No estaba psicótico, pero la «diversión» de la hipomanía me llevó a aquel juego. Escribí una dedicatoria en «clave bipolar» que después pude comprobar nadie comprendió. La próxima vez que me de por jugar escribiré la dedicatoria en chino. Yo comprendía el significado pero no sabía por dónde me daba el aire. Los expertos lo llaman consciencia.
«En manía, o hipomanía, se pierde el auto-control. Depende de la intensidad puedes perder toda la cabeza o sólo un trocito. Luego están tus límites personales que tienen que ver con tus tendencias naturales. A mí gastar no me enloquece y me moriré así. Muchos con trastorno bipolar se han arruinado a causa de los síntomas, y tiene que ser muy duro. Hoy no te puedo contar cómo solucioné «mi problema» porque si algo no he vivido, no me lo puedo inventar. Todos los comentarios pueden ayudarte a mejorar tu relación con el dinero. Lo harán de una manera indirecta, pero el resultado será el mismo.»