Ya llega el buen tiempo y me encanta poder coger la bicicleta cuando deja de llover. La bicicleta me permite desplazarme sin sentir dolor y es uno de mis mayores placeres. 

Algunos amigos diagnosticados que conozco lo pasan mal en los meses de frío y mal tiempo. Yo tuve la suerte de que nunca me afectaron las estaciones del año. Yo sufría las depresiones en cualquier mes del año. Recuerdo haber sufrido una manía y hacía buen tiempo. También recuerdo sentir las sensaciones previas a la psicosis en los meses que comienza a salir el sol. Sin embargo, estoy tranquilo porque estoy durmiendo cada día mejor.

Este año hemos comenzado con un grupo público llamado Esperanza Bipolar en Facebook. Años después de haberme dedicado a mis libros sobre el trastorno bipolar, vuelvo a mi actividad en redes sociales. Sentirme bien me permite hacer mejor las cosas. He aprendido a no estresarme y este gran cambio también me permite hacer más cosas. Después de veinte años he alcanzado un punto que nunca soñé que alcanzaría. Me siento muy afortunado y agradecido a la vida.