Para continuar el comentario anterior en el que hablaba de la importancia del entorno para el bienestar emocional, voy a dedicar éste para explicar cómo puede llegar a influir en la vida de una persona.

Ni todos contamos con los mismos recursos emocionales, ni todos nos desenvolvemos con la misma soltura en los mismos ambientes. Las relaciones de familia, el trabajo o las relaciones de pareja pueden tener lugar en distintos entornos y de nuestra adaptabilidad a ellos puede depender nuestra salud. Hay personas que viven en el trabajo y pasan el tiempo justo en familia, otras que viven para la familia y su ocupación se centra en ella, otras que prefieren las relaciones de pareja sin compartir espacio y muchas otras variantes que se te pueden ocurrir. Si todos somos en cierta manera diferentes y nos sentimos más cómodos en determinados ambientes es porque no todos tenemos las mismas las mismas habilidades emocionales, las mismas necesidades, los mismos gustos o las mismas prioridades. Todos los síntomas del trastorno bipolar que sufrí estuvieron relacionados con el entorno laboral, y decidí abandonar el mundo de la empresa de forma consciente. No se trató de una decisión motivada por el miedo sino por el cansancio.

Mi vida es bastante diferente a la de la mayoría de las personas que conozco principalmente en el entorno en el que me muevo. La mejora de mi salud, entre otras muchas cosas, se debe a este nuevo entorno que nada tiene que ver con el entorno que enmarca la rutina laboral de una empresa. Una de mis mayores carencias durante mucho tiempo estaba relacionada con la dificultad para adaptarme a un espacio cerrado de cuatro paredes. Lo que para muchos no es problema, para mi era un problema bastante grave. Ahora que dispongo de una rutina que me permite el aire libre todos los días, me siento muy bien. Lógicamente no es el único motivo por el que me siento bien, pero estoy seguro de que es uno muy importante.

Cuando una persona sufre hasta el extremo, siempre oculta una dificultad personal extrema. Encontrar alternativas que te permitan adaptarte a una nueva vida, un nuevo entorno o una nueva rutina puede ser vital para que te reencuentres con la salud. Conozco muchas profesiones en las que una persona no está sentado frente a una mesa, un ordenador y un teléfono. A cualquiera de ellas me hubiera adaptado mejor que a la profesión que ejercí durante más de diez años.

Sea cual sea tu situación, si intuyes que en el entorno está uno de tus principales problemas provocándote estrés, sólo hay dos alternativas: cambiar de entorno, o dotarte de recursos para sobrellevarlo de la mejor manera posible. A mi me resultó imposible, y ahora me siento muy afortunado de que así fuera. Mi vida no sería la que es si me hubiera adaptado al mundo de la empresa. Me hubiera perdido todo lo que he vivido desde hace cinco años y lo que me queda por vivir, una experiencia que me ha enriquecido tanto que no la cambiaría por nada del mundo.

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