Ayer mi hija Raquel nos sacó una fotografía para celebrar un cumpleaños diferente. El dos, visto del revés, representa los dos últimos años de mi vida que nada tienen que ver con aquellos en que los síntomas me hicieron sufrir hasta el extremo. Lo realmente importante es que tampoco se parecen en nada a otros años en que todavía los síntomas no habían aparecido pero mi vida era de un gris humo difícil de sobrellevar.

Explicar el porqué y cómo he logrado llegar a este día de hoy no cabrá nunca en este espacio tan reducido pero, si tienes paciencia, trataré de explicar durante el próximo año algunas de las respuestas clave a preguntas que no he podido dejar de hacerme hasta hace no mucho tiempo. Ahora llegó el momento de parar y aprender de los demás porque exprimí mi experiencia hasta la última gota, únicamente para aprender de ella y compartirla contigo.

El hoy es realmente lo único que importa. Nada nuevo, receta de libro de autoayuda repetida hasta casi hartar. Si te dijera que aplicando a tu vida esta regla tan sencilla tu vida puede cambiar radicalmente, no te engañaría. Si te dijera que es uno de los remedios naturales para muchos de los males de las personas diagnosticadas con trastorno bipolar, tampoco faltaría a la verdad. El porqué es lo de menos y excesivamente científico para este blog, basta con que lo creas y lo pongas en práctica desde hoy mismo.

Mañana mismo, mi vida, como la tuya, podría sufrir un vuelco por mil y un motivos que nada tienen que ver con el trastorno bipolar. Me importa bien poco saberlo porque hace ya seis años sufrí uno de los mayores dolores cuando un trágico accidente se llevó la vida de mi mujer y estuvo a punto de hacer lo propio con la de mis dos hijos y la mía propia. Basta como resumen una simple frase: las mayores desgracias de la vida nunca avisan. Quizás ya lo hayas vivido en tu propia carne y no te estoy mostrando nada nuevo, si no es el caso, simplemente te lo cuento para que te liberes del miedo porque es una armadura demasiado pesada y asfixiante para vivir con ella.

Hoy es el día que disfruto de la vida, de las sonrisas de mis hijos, del amor de mi mujer cuando me lo regala que no es siempre 🙂 , de la sabiduría de mi madre, de las conversaciones con mis amigos, de los chipirones encebollados, del buen café y una mejor lectura, de las palabras que llenan este espacio y otros, de mis amigos de la asociación, de la orilla de la playa, del sol cuando asoma y la lluvia cuando sorprende, y de vosotros que me leéis o dejáis comentarios siempre positivos. Sois todos muy generosos conmigo y os lo agradezco. Siento el trastorno bipolar cada vez más lejos pero no pierdo la conciencia. Mi vida ha sido bipolar y espero mantener la perspectiva para seguir acompañando a quienes todavía no conocen esta otra cara menos frecuente, pero posible, del trastorno bipolar.

Dos años escribiendo para vosotros, dos años de algo más que bienestar 🙂