Aceptar la realidad siempre cuesta, especialmente cuando la realidad es difícil o dolorosa. La mayoría de los profesionales de la salud hablan de la importancia de aceptar la enfermedad como primer paso necesario para empezar a construir. Desgraciadamente, el trastorno bipolar puede convertirse en un problema de salud cada vez más limitante si uno no es consciente de la propia gravedad y del deterioro que puede llegar a suponer si uno no es bien tratado por su médico. Y digo bien tratado porque no basta con ser atendido por un médico como quien padece una úlcera de estómago. Las enfermedades mentales hacen sufrir de tal forma que los detalles marcan la diferencia entre un buen médico y un médico mediocre. He conocido a ambos y mi salud únicamente refleja la importancia de ser tratado por un buen equipo médico; profesional y eficiente.

Cuando uno toca fondo no queda otro remedio que aceptar que uno tiene un problema de salud importante. Personalmente encontré en una forma de sana rebeldía hacia el mismo problema de salud uno de los recursos necesarios para dejar atrás el sufrimiento. Creí en lo posible para poder hacerlo posible. Tomé decisiones cruciales en mi vida que me permitieron recuperar poco a poco el bienestar hasta poder consolidarlo en el tiempo y disfrutar de él con serenidad. Lo que hoy me parece sencillo quizás no lo sea tanto; de hecho creo haber empleado todos los recursos a mi alcance para lograr superar un gran reto: el reto del bienestar emocional. Aunque he sufrido circunstancias vitales más trágicas que adversas, me he dado cuenta de que uno no sabe lo que puede llegar a lograr hasta que lo logra. He contado con la ayuda y el amor de muchos, he puesto toda mi inteligencia al servicio de mi salud, y he llegado a un punto en que ya sólo me importa vivir para compartir lo aprendido y disfrutar de la vida mientras la vida me lo permita.

Aceptar que el trastorno bipolar es un grave problema de salud que puede malograr una vida es fundamental para empezar a pisar terreno seguro. Confiar en tus propias posibilidades resulta tan fundamental como la aceptación. Si no lo crees, no lo verás nunca. Haber sufrido hasta el límite conduce a la desorientación, y muchas veces al abandono. Levantarte una y otra vez hasta dejar atrás tu propia historia es la única forma de poder sentir algún día que algo positivo se escondía tras el sufrimiento emocional. Cuando uno sobrevive a él, puede disfrutar de la vida de una forma muy especial. Con la misma sensación del que lo ha perdido todo y, asombrosamente, ya no le falta nada. Importante, se entiende 🙂