Muchas de las personas diagnosticadas con trastorno bipolar padecen de ansiedad. Yo, hace tiempo también sufría de ansiedad y es una síntoma muy desagrable y difícil de atajar. No tiene porqué ser una sensación intensa que dura sólo horas, la ansiedad que se aloja en nuestro cuerpo y permance en él, tiene un efecto devastador sobre nuestra salud. Impide disfrutar la vida con serenidad y va asociada habitualmente a situaciones de estrés sin resolver y que desbordan nuestros recursos personales.

Particularmente creo que se puede acabar con la ansiedad, aunque no sea nada fácil. Una vez que la ansiedad se ha apoderado de ti, es mucho más difícil sin recurrir a los ansiolíticos, por lo que parece mejor opción tener una rutina de mantenimiento que impida que caigas en ella. Cualquier forma de relajación sirve, desde los clásicos ejercicios de respiración, el yoga o la práctica de un deporte que te ayude a liberar tensiones. Rutinas de distracción como la lectura, la música o el cine también despresurizan el día a día, así como las relaciones sociales sanas. Las relaciones sociales sanas, bajo mi punto de vista, son aquellas basadas en la confianza, el respeto y el amor, donde las quejas y amarguras, si surgen, tienen que tener un espacio limitado. Son como el aire y suelen ocupar todo el espacio disponible, como las desgracias en los telediarios. Personalmente leo y escucho música a diario, actividades complementarias: una intelectual que requiere del uso de la concentración, y, la otra, liberadora de endorfinas.

Un hábito muy común es buscar maneras de relajarse cuando uno empieza a sentirse mal. Lo verdaderamente útil es mantener la rutina que elijas durante todos los días del año, porque te mantendrá psicológicamente más relajado y estable.

El problema, en realidad, es conocer con la mayor precisión posible que es aquello que te genera ansiedad. Si son situaciones inevitables, tendrás que encontrar recursos que te ayuden a sobrellevar la situación que te desestabiliza de la mejor manera posible. Un buen psicólogo puede ayudarte mucho en ambos trabajos; en descubrir el qué y en aprender el cómo. Si son situaciones evitables, aunque emocionalmente sea emocionalmente difícil tomar una decisión, no olvides que está en juego tu salud. Hace más de cuatro años que tomé una decisión emocionalmente difícil y, sin embargo, hoy es el día que no me arrepiento de haberla tomado. Abandonar una profesión con cuarenta años sin saber a qué iba a dedicar mi vida no es una decisión fácil. Sin embargo, el haberlo hecho me ha permitido recuperar la estabilidad y desarrollar actividades relacionadas con el mundo del marketing digital después de haberme especializado en este campo a través de formación online. No dispongo de una rutina laboral de ocho horas, y sin embargo, desarrollo una actividad mucho más productiva que cuando dedicaba más tiempo presencial a mi profesión.

Aunque habitualmente las estrategias de evitación no son recomendables, mi forma de afrontar un problema de estrés laboral ha supuesto únicamente un cambio de escenario en el que priorizo mi salud sin olvidar mis responsabilidades. Cada día me siento más capaz, y voy avanzando poco a poco en una dirección que me trae bienestar. Una sensación desconocida por mi hasta hace bien poco. ¿Quieres compartir conmigo lo que te genera ansiedad?