Hace algún tiempo compré un libro pensando en mis compañeros del grupo de Esperanza Bipolar en Bilbao. Hoy le he puesto un sello para que lo comience a leer quien tenga interés en el tema. Su título es «Practica la inteligencia emocional plena» de Natalia Ramos, Olivia Recondo y Héctor Enriquez, editado por Kairós.

La atención plena tiene mucho que ver con la capacidad de vivir el momento presente con intensidad y no estar dándoles vueltas al pasado o viajando al futuro sin máquina del tiempo. Investigaciones recientes estiman que nos pasamos casi la mitad del tiempo fuera del ahora. Pensar en el ayer o en el mañana es no vivir en el ahora.Y no me refiero a las personas diagnosticadas con trastorno bipolar, sino a todo el mundo. Si alguien me preguntara qué es lo que más me está ayudando en la actualidad a sentirme bien, esta capacidad estaría entre las diez primeras. Aunque pueda parecer fácil, no lo es. De hecho, todavía tengo mucho que trabajar en este sentido para que se convierta en un hábito todavía más consolidado. Encontrar actividades que te ayuden a estar centrado, concentrado e inmerso en la tarea, es fundamental para vivir el hoy y disfrutar de él como se merece.

Aunque el libro que recomiendo en este post es muy práctico, te recomiendo que lo compres especialmente si tienes problemas de ansiedad o estrés. Ejercicios sencillos de respiración y visualización que puedes practicar periódicamente o cuando no te sientas tranquilo o relajado, te ayudarán a sentirte al menos, un poco mejor. Nunca he practicado los ejercicios que propone el libro porque dispongo de tiempo suficiente para relajarme con otras actividades que me mantienen en el presente. Escribir en este blog, por ejemplo, es una de ellas. Antes de que compres el libro te advierto de algo importante. Aprender a relajarse ni es divertido ni te hace sentir bien el primer día. Dependiendo de tu nivel de ansiedad necesitarás semanas o meses para sentir los cambios. Si tienes la suerte y la paciencia de sentirte mejor después de poner los ejercicios en práctica, ya tienes un recurso más para echar mano de él cuando lo vuelvas a necesitar.

Te contaría mucho más sobre la importancia que tiene para nosotros vivir el presente. Pero no lo voy a hacer porque te aburriría. Al menos de momento, quizás algún día vuelva a hablar sobre ello. Este comentario te resultará de especial utilidad si ya te sientes lo suficientemente bien como aprovechar estas técnicas de reducción de estrés con una historia milenaria. Actualizada a los tiempos que vivimos, en los que las prisas, a veces, son inevitables 🙂