La voluntad es una cualidad humana que nos permite emprender a todos y tomar decisiones en nuestras vidas para tratar de mejorar nuestro presente o cambiar nuestro futuro. Sin embargo, cuando los problemas de salud nos derrumban, la voluntad se debilita y se ve gravemente dañada. Esto sucede no sólo con el trastorno bipolar, sino con cualquier enfermedad que psicológicamente nos desborde.
En cualquier caso, en el problema que nos afecta a nosotros, parece difícil no dejarse vencer por el pesimismo imperante en algunos medios de comunicación y desde algunos ámbitos. Al estar considerado un trastorno crónico y altamente recurrente, se lanzan unos mensajes que provocan mayor sensación de indefensión y desesperanza que no logro comprender. Sin embargo, y afortunadamente, se está produciendo un cambio positivo de mensaje desde algunas personas relevantes y con voz que se agradece.

Un requisito para poder salir adelante, tras el vértigo de los síntomas y las crisis, es convencerte de que tu vida puede cambiar a mejor y el trastorno bipolar no es una cadena perpetua al sufrimiento. Sólo desde este convencimiento puedes poner en marcha tu voluntad para afrontar cambios en tu vida o en tu actitud. No se trata de no querer ver la realidad y creer que lo que te ha pasado no va a volver a pasarte. Se trata de pensar que lo que te ha pasado puede volver a pasarte pero no tiene porqué volver a pasarte necesariamente. Si crees que nunca va a volver a pasarte, puedes olvidar todas las precauciones que tienes que tener en cuenta, tratamiento farmacológico incluido. Siento el lío aparente de esta última frase, pero es importante ser consciente de que, a pesar de las estadísticas desfavorables, hay una gran parte que depende de ti y no sólo me refiero al tratamiento. El tratamiento, bajo mi punto de vista, minimiza riesgos y alivia síntomas pero no garantiza ni el bienestar psicológico ni la estabilidad.
Este comentario, como todos los que hago, son conclusiones de una experiencia de vida y no tienen, ni más ni menos valor que cualquier otro. Supongo que habrás leído otros blogs donde todo se tiñe de un paisaje más oscuro y sombrío. Son vivencias tan reales como la mía, el sufrimiento está ahí y todos sabemos el sabor que tiene.

Piensa que, a pesar de tu pasado, puede llegar un día en que agradezcas incluso los momentos más difíciles. Si ese día llega, querrá decir que habrás aprendido grandes lecciones de la experiencia: la única escuela de la vida. Y si me dejas tu opinión, me darás la oportunidad de aprender 🙂