La palabra meta es una palabra que nos empuja a la consecución de algún logro. Ni todo el mundo considera los logros necesarios para vivir una vida satisfactoria ni es fácil fijarse metas que nos mantengan permanentemente motivados. En cualquier caso, con el diagnóstico de trastorno bipolar, sus síntomas y las crisis emocionales, no resulta tan fácil plantearse qué es posible y qué es lo que no está a nuestro alcance. Uno de los mayores problemas, además del deterioro o pérdida de capacidades que el trastorno bipolar puede suponer si no es bien tratado, es la dificultad de mantener cierta continuidad en cualquier actividad que consideres apropiada a tus cualidades y tus habilidades. Cuando uno se plantea, ante la recurrencia de los problemas, si va a ser capaz o no de lograr sus propósitos, es conveniente ser realista y valorar la situación teniendo en cuenta tus propias limitaciones.
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El día que decidí dar un cambio radical a mi estilo de vida mi primer meta era mi prioridad: reencontrarme con la salud. Lógicamente acerté de pleno en las elecciones que fui tomando porque, de lo contrario, no me encontraría como me encuentro. Una vez recuperada la salud, comienza el verdadero proceso de consolidación de tu bienestar, donde puedes plantearte pequeños retos orientados a lograr una estabilidad de medio plazo. Conozco personas que, a pesar del sufrimiento, han querido continuar su vida como si nada hubiera sucedido. Especialmente, esta inercia se produce en las primeras dificultades y crisis que nos sorprenden por inesperadas. Habitualmente, nos damos cuenta de que tenemos un grave problema que afrontar cuando la situación ya es de emergencia y la realidad se impone. Este momento suele coincidir con el momento en que la única salida posible parece ser tirar la toalla y abandonarse al sufrimiento.

Sin embargo, me gustaría terminar con buenas noticias. Si el equipo médico que te trata es capaz de encontrar la forma de ayudarte, nada de lo que te he contado hasta ahora es importante. Con el tiempo, te darás cuenta de que puedes hacer una vida tan satisfactoria como la de cualquier otra persona que conozcas. No sufrirás ninguna limitación excepto aquellas que tú mismo te impongas para cuidar tu salud. Hoy es el día que propósitos o intenciones de hace diez y cinco años atrás,  son para mi ya una realidad. Si no hubiera priorizado mi salud en un momento de mi vida ninguno de ellos hubiera sido posible. Mi vida es mucho más plena de lo que nunca hubiera podido llegar a imaginar.

Y si te apetece, déjame un comentario aunque sólo sea para contarme qué tal estás pasando este invierno de frío. 🙂