Hace unos días encontré un papel de una encuesta que realicé hace cuatro años en la asociación. En ella, las personas del grupo completaban la siguiente frase: «Desde que vengo a la asociación, me encuentro…». Entre las opciones a elegir, estaban «como siempre», «un poco mejor», «estable», «regular», «muy bien» y otras. Una persona añadió una que me llamó la atención: «en combate».
Conozco y he conocido muchas personas que tienen la sensación de estar luchando diariamente por sentirse bien. Como si tuvieran que enfrentarse a un enemigo invisible: la enfermedad. Hablan de esta manera hasta que empiezan a sentirse mejor. Algunos han dejado de hacerlo porque ya se sienten bien. Y me alegro mucho de que así sea. Otros, han recuperado algunas sensaciones que disfrutaban antes de conocer las palabras «trastorno bipolar». No todos, claro está.
Yo nunca tuve la sensación de estar en combate con nada ni nadie. Era bastante inconsciente respecto a la mayoría de mis problemas. Ahora los conozco como si fuesen amigos de toda la vida. En todo caso, llegué a pensar que mi vida se estaba complicando porque mi salud estaba empeorando. En realidad, el día que dejé de luchar es el día que gané la batalla. Empecé a recuperar una tranquilidad en mi vida que me faltó durante años. Arranqué un árbol de raíz, sin saber lo que vendría después.

Así que hoy te dejo esto que muchas personas saben y pocas se atreven. Si tienes que arrancar «algo» o «a alguien» de tu vida, házlo sin miedo. La vida siempre vuelve. Y con más fuerza :))