Dicen que las segundas partes suelen aprovechar el éxito de las primeras. La anterior no sé si tuvo éxito, y ésta tampoco sé si lo tendrá. Algún día escribiré sobre la relación entre el éxito y el trastorno bipolar. Hoy toca hablar de problemas.

Si todos pusiéramos un poco de interés en los problemas de los demás, el mundo iría bastante mejor. Por no hablar de los grupos más reducidos donde es más fácil intentar comprender los problemas de los demás. El problema de tu padre, tu hija o tus hermana. El problema de tu amigo o tu compañero de trabajo. De tu vecino o vecina de escalera.

No hace falta gran cosa para entender a los demás aunque sólo sea un poco. Muchas veces, un poco es suficiente. ¿La más importante? Escuchar. ¿Quién escucha? Pocos. ¿Quiénes saben escuchar? Menos todavía.

Aunque así sea en general, si has nacido para escuchar, tienes una gran ventaja. La mala noticia es que todas las ventajas tienen su lado oscuro. Puede que acabes con las orejas calientes y dolor de cabeza. Además de no tener tiempo para hablar ya que el otro no cederá su tiempo tan fácilmente. Si has nacido para escuchar, te recomiendo que hables más a menudo. Si no encuentras con quien, selecciona.

Si has nacido para hablar, enhorabuena. Te evitarás unos males y sufrirás otros. No conozco a nadie que haya aprendido una sola cosa hablando. Bueno, sí. A hablar cada día más y más rápido. Si has nacido para hablar te recomiendo que practiques más la escucha.

Escuchar a los demás te ayudará mucho si perteneces a este último grupo. Una de las muchas ventajas es que comprenderás mejor por qué hacen lo que hacen. Aunque no te guste lo que hacen. Ayuda mucho saber los motivos que alguien tiene incluso para hacerte daño. Incluso sin intención.
Hace tiempo que dejé de tratar de comprender a todo el mundo. Me conformo con intentarlo con quien me importa. Todos los que vienen a la asociación me importan. Todo el que está diagnosticado con trastorno bipolar también.

Este mes, dos amigas han ingresado en el hospital y me gustaría verlas o poder hablar con ellas pronto. Sé muy bien lo que se sufre, y me gustaría estar con ellas en su recuperación. Aunque sea en la distancia.