Muchas veces he pensado en lo que me ocurrió y cómo pude llegar a sufrir tanto con el trastorno bipolar. Los motivos fueron tantos y tan variados que no caben en este espacio. Muchos de ellos ya los habrás adivinado si llevas tiempo leyendo este blog porque a partir de ellos extraje muchas de las conclusiones que me han permitido recuperar mi salud y volver a disfrutar de la vida.

Con el trastorno bipolar me parece más importante saber aquello que conviene evitar que aquello que conviene hacer. Especialmente para evitar la euforia. Por este motivo, mi primer libro se titula «Los 21 malos hábitos». No se trata de un libro que proponga restringir tu vida sino todo lo contrario. Se trata de restringir algunos hábitos para disfrutar más de la vida. Todos suman y no tienen efectos secundarios. La mayoría de ellos están tan arraigados en nosotros que lo más que podemos llegar a hacer es atenuarlos. Yo llevo insistiendo en todos ellos durante los últimos años y  me funciona. Antes no era capaz de quitarme de encima los síntomas y hacía, precisamente, justo lo contrario.

Aunque el origen de tu sufrimiento no tenga nada que ver con el mío, al escribir generalizo mi experiencia para abarcar muchos de los problemas que me cuentan mis amigos de la asociación. Estamos todos cortados por el mismo patrón y nuestra forma de ver el mundo, y de sentir, nos condiciona tanto que nos hace más vulnerables. Aunque ya no sufro el trastorno bipolar y espero no sufrirlo nunca más, sí que estoy condicionado por cómo soy y mi vida actual refleja muchas de mis limitaciones. He tratado de aprovechar mi limitación principal para fomentar otras cualidades que me eran ajenas. Mi limitación no es otra que soportar la rutina en la vida. Nada más y nada menos, una limitación que puede hacer sufrir mucho. Afortunadamente, ya no siento que mi vida sea rutinaria sino todo lo contrario. Me resulta muy estimulante. Estoy convencido de que puedes hacer lo mismo, si descubres antes qué es lo que te mueve en la vida.

El motivo principal del trastorno bipolar nos obliga a buscar aquello que nos hace sentir bien todos los días, aunque encontrarlo no siempre resulta tan fácil. A mi me costó mucho tiempo y no acerté a la primera ni a la segunda. De hecho, todo lo que hice antes nada tiene que ver con lo que hago ahora. Y seguramente muchas de las cosas que hago ahora, dejaré de hacerlas algún día para hacer otras nuevas. Siento que necesito renovar mis ilusiones cuando se van apagando, aunque muchas de mis actuales ilusiones tienen cuerda para rato. He encontrado la forma de sentirme bien y sé cómo mantenerla. De momento, como todo en esta vida. Este comentario, aunque pueda parecer que no dice mucho, permite leer entre líneas algo muy importante que nos afecta a todos 🙂