Uno de los muchos problemas que afectan a algunas personas con trastorno bipolar tiene nombre de pequeño electrodoméstico: la batidora.

Cuando veo que alguien le da demasiado a la «batidora», me doy cuenta de algo muy importante: esa persona no está relajada. Por supuesto, me incluyo como no podía ser de otra manera. Nos afecta a todos: niñas, mayores, tímidas y calvos. Aprender a parar o a bajar las revoluciones de la batidora requiere de mucho entrenamiento. 

El estrés tiene que ver mucho con el trastorno bipolar. Ya he aprendido cómo y porqué el estrés puede perjudicar a quienes tenemos que vivir con esta condición. Limitar el estrés ha resultado ser la solución a mis problemas de salud. Desde que no tengo una vida estresante, me siento bien. No es la receta completa, tan solo un ingrediente. Muchos otros ya los habrás encontrado en este blog si no es la primera vez que entras. Aunque la vida siempre nos enfrenta a situaciones que nos resultan difíciles, hay muchas maneras de aprender a evitar o manejar el estrés. Yo empleo todas las que conozco.
¿Cómo parar la batidora? Encendiendo el horno o pasando la fregona. Cuando te escuches a ti mismo como el discurso del político que «noseacabanunca», ha llegado el momento de parar. Ordena un cajón, los papeles de la oficina o sal a la calle a pasear. Contempla las olas, el cielo o cómo caminan las personas de tu barrio. Funciona 🙂