Desde la pasarela se ve la bahía de Santander. Me gusta ir al Centro Botín de vez en cuando. Disfruto de las exposiciones de arte que me sorprenden, o de las obras donde aprecio belleza.

Saber esperar es muy importante con trastorno bipolar. Aquí te explicaré cómo aprendí a esperar sin desesperar.

Antes, cuanto más dificultades tenía, más prisa sentía. Esa urgencia me llevaba a fantasear, y las fantasías son un riesgo. Mi fantasía me llevó a mi primera manía psicótica. Acabé en un psiquiátrico delirando. Pensaba que era capaz de lograr cualquier cosa que se me pasara por la cabeza. Ni siquiera ahora, que soy mucho más capaz, lo pienso.

Años después, descubrí que, dedicándome a mis talentos, podía lograr cosas. Quería escribir un libro sobre el trastorno bipolar y lo logré. Quería superar el trastorno bipolar y lo logré. Quise crear una iniciativa para ayudar a otros, y llevo diez años volcado en ella.

Ahora me siento bien y hago lo que me nace. No necesito esperar porque disfruto lo que hago. Antes tenía prisa porque perseguía una ilusión. Sin aptitudes, sufría de ansiedad con una presión que me empujaba hacia el futuro. Ahora vivo el día, y ya no tengo depresiones ni manías. He aprendido que las cosas llegan a su ritmo si tienen que llegar y, por mucho que las empuje, no llegan antes.

«Si no logras lo que quieres por impaciencia, busca la manera de disfrutar mientras vas a por ello. Es mejor que te lo tomes con la actitud de un juego que como un reto. Con la mentalidad del deportista también puedes hacerlo. Sufrirás menos de estrés y puedes llegar incluso a disfrutar. Lo importante es evitar el desgaste mental»

Aporta tu experiencia si quieres. Enriquecerás este espacio 🙂