Estoy solo como Puppy. No quiero amo ni ser dueño pero quiero estar con una mujer. Mi amigo don José, que es un gurú completo, no me comprende. Yo le hablo de necesidades y así la conversación fluye mejor.

Mis últimas experiencias me han enseñado mucho sobre mí. Cuando me hago la pregunta: «¿necesito…? es demasiado tarde: el cuerpo ya ha respondido y no lo puedo parar. Soy así de tonto. Así que me dejo llevar y el ratón vuelve a girar en su rueda hasta que se marea. Por suerte, ahora anticipo mejor los problemas pero no se me da del todo bien. Algunas mujeres anticipan ¿tan bien? que eso se convierte en mi problema. He respondido más preguntas en Tinder que a mi primer psiquiatra en seis años. Malos recuerdos de aquel hombre. Era tan torpe que pensaba por mí y me hacía preguntas del tipo «¿No será que no te soportas?. Y volviendo a mi ralladura: ¿No será que necesito una mujer como el comer?. Y no me la voy a comer, espero. Dicen que es mejor hacer las cosas desde el querer que desde la necesidad. Debe ser que yo elijo necesitar. Aunque creo que, en realidad, nadie elige.

«Cuando me siento solo mucho tiempo me pongo como Chiquito de la Calzada. Siempre estuve en pareja. Muchas personas con trastorno bipolar necesitan amor o compañía. Si es tu caso y sabes cómo manejar el amor me alegro por ti. A veces, es como manejar explosivos. La delicadeza es lo único que casi nunca falla aunque a mí me falló dos veces»