Pasé doce años de mi vida persiguiendo algo que no alcanzaba. Acabé por desearlo con locura de loco. Quería disfrutar y dominar algo para hacer algo grande. Hace dos años alcancé lo que quería.

Fundé una organización, escribí un libro y aprendí todo lo que pude sobre el trastorno bipolar. Seguí pensando y escribí un segundo libro mientras acumulaba agendas y carpetas con notas de reflexiones y conclusiones muy importantes. Cuando me quise dar cuenta ya podía escribir seis libros sobre cómo llegar al punto en que me encuentro respecto a la enfermedad: sin síntomas, sin fármacos y feliz. Las personas que han estado a mi lado han sido tan importantes como los más de cien libros que he leído. Investigaciones, cientos de conversaciones, artículos breves de ciencia y momentos Eureka! han completado mi conocimiento. Quiero cambiar la vida de los demás a mejor y hacerlo posible. Cuando descubrí que podía hacerlo dejé de pensar en todo lo demás. Mi amigo don Jose me dice que le he cambiado la vida. Él es el mejor maestro que he tenido hasta ahora. Mi madre, mi mejor maestra.

«La vida me ha enseñado que detrás de lo que te hace sufrir está lo que puede hacerte volar. Aprender a volar es trabajo de décadas y una garantía de heridas. Si tienes un sueño prepárate para lo mejor y para lo peor. Ver cumplido un sueño genera una sensación difícil de describir. Vivir tu vida como si fuera un sueño es el vuelo eterno. Aprender a pilotar tu nave es la prioridad número uno»