Mi caja contiene lo que necesito para sentirme bien, y no es muy grande. Unos auriculares, una agenda, unas sandalias para caminar y la ilusión de seguir subido a mi sueño.

Separar el trastorno bipolar y la vida es difícil. En la caja he intentado hacerlo. Lo que no cabe en la caja son las personas que quiero y todos los pequeños placeres que son todavía muchos. En la caja está lo que necesito todos los días. Música y palabras. Aceras y Esperanza Bipolar.

Mañana tenemos la asamblea de la asociación. Todo lo que hago no me gusta pero hay un motivo importante para hacerlo. Con trastorno bipolar hacer lo que no te gusta es un reto. Hacer lo que te disgusta o es imposible, o es el camino directo a la depresión. Tiene que haber algo detrás muy importante que está más en mi imaginación que en mi presente. Algunos lo llaman ilusión, otros objetivo y otros reto. Mi palabra favorita es ilusión.

Tener ilusión con trastorno bipolar es muy importante. Que tus ilusiones no te estresen es vital si quieres que no se conviertan en desilusiones. Aprender a no sufrir de estrés me llevó cincuenta años. Hasta ese día tuve que ir buscando aguas tranquilas y saliendo de las turbulentas con el menor daño posible. Si no me hubiese derretido el cerebro a pensar no lo habría conseguido nunca. Saber que nada depende exclusivamente de ti ayuda. Desde hace tiempo escribo en este blog para que conozcas mis libros sobre el trastorno bipolar y la manera en la que pienso y vivo.

«La caja para vivir con trastorno bipolar puede contener muchas cosas diferentes. Somos diferentes como personas y es normal que así sea. Lo único importante es que sepas lo que tienes dentro y no acumules nada dentro de ti. Saber lo que necesitas y lo que sientes. Puede ser igual de malo acumular ambición que frustración. «