Tengo muchas pasiones. Las dos primeras empiezan por R. Mis hijos: Raquel y Roberto. Otra la puedes ver y casi  escuchar en la imagen. Los vinilos han vuelto a mi vida veinte años después. Si me hicieran una analítica, encontrarían un nivel alto de música en sangre. 

Cuando tenía dieciocho pasaba horas escuchando música y viendo el mar. Un placer de fin de semana que disfrutaba con intensidad. El mismo placer que siento ahora cuando escucho un disco que pensé nunca más encontraría. El otro día compré uno de segunda mano que me hizo sentir lo mismo que sentí la primera vez que lo escuché. Durante años fui un viejo prematuro. El eterno adolescente sigue vivo y lo quiero mantener siempre. No pierdas nunca la chispa que tenías antes de que te enseñaran a pensar todo. No sea que pensar tanto te haya hecho perderla. 

Seguro que tú también tienes pasiones. Y si no las tienes ahora, las puedes encontrar o desempolvar, como yo acabo de hacer con los vinilos. Cuantas más pasiones sumes, mejor para ti. Tres es el mejor número con trastorno bipolar. Es una broma. Nunca sólo una. Empezar con una es lo ideal para empezar a recuperarse, si aún no te sientes bien. Cultivar la segunda lo mejor, si te sientes demasiado bien. Y si te sobra tiempo, busca una tercera. A ser posible que no tenga nada que ver con las otras dos.
Cuando ya tenga edad de abuelo, quiero recorrer España vendiendo la colección que acabo de empezar. Si quieres hacerme un regalo, envíame un vinilo a mi casa. Aunque puedo comprarlos, siempre hace más ilusión un regalo. Y si es tuyo, ni te cuento :))