El entusiasmo sin control con trastorno bipolar tiene muchos riesgos. Antes lo sentía con intensidad pero ahora el dolor físico me limita por suerte. En los peores años de síntomas me perjudicó mucho.

El entusiasmo en Esperanza Bipolar me obligaba a estar disponible y atento a todas las personas. Eran demasiadas y estuve en el disparadero más de una vez. Esta semana mi buen amigo don José casi termina en el hospital. Con la tensión de la experiencia vivida, y el desgaste que ha supuesto para su familia, he aprendido algo que ya intuía: esta enfermedad para muchos es muy difícil. Verlo en alguien a quien aprecias tanto te abre más los ojos. Lo siento por él y le he acompañado sin descanso. Hoy ya está mucho mejor después de una semana muy dura para todas las personas que le queremos: somos muchas. Aunque sé manejar situaciones límite, preferiría no verme obligado a menudo. Me he expuesto tanto porque don José se merece eso y todo.

«El entusiasmo es la fuerza que mueve el tiovivo. Si gira demasiado rápido te caes del caballo y todos los demás caen contigo. Con trastorno bipolar el riesgo es nivel 11. Sé mucho sobre el trastorno bipolar y poco sobre los tiovivos. Pero me gusta sacar fotos a los caballitos y don José lo sabe. Un día estuvimos juntos y esta fotografía es para él. Te quiero»