Durante diez años me costó mucho disfrutar a diario en el trabajo.

No fue el único motivo que me hizo sufrir, pero sí uno de los motivos que me provocó alguna depresión. Sin embargo, no fue el motivo principal de mi primera depresión. Sufrí mi primera depresión dos años antes de recibir el diagnóstico de trastorno bipolar.

Ahora es justo lo contrario. Encontré la manera de disfrutar y nunca más he vuelto a deprimirme. Sé lo que necesito y me lo doy sin juzgarme. Y eso el lo que precisamente hago.

¿Qué crees que te hace tan difícil disfrutar? Si lo quieres compartir, aquí queda para los lectores.