A partir de ahora, escribiré en mi blog sobre el trastorno bipolar el fin de semana. El canal de YouTube que acabo de estrenar hace dos semanas, me ocupa un tiempo que no puedo robar a otras actividades a las que me dedico.

El otro día estuve en un bar escribiendo sobre una servilleta. Lo hago casi todos los días acompañado de un libro y un café con leche. De esta manera, ando por la mañana hasta la cafetería lo necesario para sentirme bien y llevar mejor el dolor físico de mis pies y piernas. Por la tarde, muchos días también camino para salir a la calle y moverme. Esta rutina me acompaña desde que sufrí el accidente tan grave que casi me cuesta la vida.

Han pasado muchas cosas desde aquel año 2006 tan doloroso para mi familia y para todos las personas cercanas. No me duele recordarlo, y ahora tengo la sensación quizás equivocada  de que aquella experiencia ha hecho mi vida más valiosa. Sin embargo, todo lo que se perdió aquel día nunca se podrá recuperar.