No hay ninguna manera de dejar atrás el trastorno bipolar sin aprendizaje. El tratamiento es un airbag químico y no garantiza siempre la seguridad ni en todos los casos. Aunque no esté totalmente de acuerdo con la teoría de la avería que la ciencia propone, pueden influir tantos factores en la enfermedad que hoy me voy a centrar en una manera sencilla de mejorar tu salud. Poco a poco o a saltos. Al principio, poco a poco. Con el tiempo, con la sensación de ir subiendo peldaños de una pequeña escalera.

Hace falta sentirse bien para empezar a ir extrayendo de los detalles de tu vida y de tu bienestar, conclusiones que te sirvan para seguir adelante. Yo, a pesar de llevar una trayectoria bastante atípica, sigo aprendiendo. Tengo la inmensa fortuna de hacerlo gracias a mis compañeros de la asociación, un espejo en el que reconozco a la persona que yo mismo era hace tiempo. De todas formas, quedan todavía quedan muchos detalles del «Alberto de antes» que no veo la necesidad de cambiar. Otros, aunque quisiera no podría cambiarlos. Además tengo poco que ganar y demasiado que perder. Firmaría hoy mismo mi vida para el resto de mis días. Auque solamente sea una forma de hablar, espero que lo entiendas.

Hablando de lo importante: los detalles. Hoy mismo, me he dado cuenta de un pequeño detalle que te voy a regalar. Suelo andar en bicicleta en la ciudad en la que vivo, Santander. Como tengo dolor crónico, es mi silla con ruedas. Siempre observo a los niños que encuentro en mi camino y, hace un rato, un niño avanzaba en dirección a mi bicicleta con sus dos pequeños puños hacia adelante. Un diminuto Superman que se dirigía hacia mi como si no hubiera más mundo que su fantasía. Una buena imagen que refleja muy bien a  una persona diagnosticada con trastorno bipolar que se ha subido al cohete de la hipomanía o la manía. Hace más de doce años yo era el niño que me he cruzado hoy. Un niño con más de treinta años. Piensa en tu último viaje e imagina al pequeño superhéroe. Mi pequeña lección de hoy :))