A Roberto le gustan las chuches. En la foto, cuando era más pequeño, más todavía. He pensado en incluir fotos de mi familia en los comentarios que hablen de ciencia. Así los distinguirás de los más personales. Al revés, para compensar si la ciencia te aburre. Hace ya mucho escribí en este blog algo que sigo pensando. Si quieres leer un poco lo que decía la ciencia hace más de diez años, te lo recomiendo. Lo que viene a continuación es mi opinión personal.

Renunciar a la terapia psicológica con trastorno bipolar es una pésima opción. El cáncer sin quimioterapia o radioterapia no se concibe hoy en día. Sin embargo, poco médicos hablan con claridad respecto a este tema.  Las voces oficiales de la salud no han cambiado nada al respecto. Me han atendido dos psicólogas en mi vida. La primera, mediocre. La segunda, excepcional. De la primera aprendí sólo una cosa pero muy importante: mis dificultades para sobrellevar la rutina. La segunda me cambió la vida. Literalmente. Dicen que la psicoterapia cognitivo-conductual es la más adecuada para el trastorno bipolar. Especialmente, una terapia centrada en asegurar que la persona tome la medicación y algunas otras pequeñas cosas. Importantes todas ellas, pero insuficientes demasiadas veces.  Con suerte, el tipo de terapia que deja a muchos a medio camino de ninguna parte.

Este blog es mi contribución a quienes no se sienten bien. Me gusta compartir mi suerte, por pequeña que haya sido en mi vida. Sea como sea, si tú ya te sientes bien, quizás te pueda enseñar algo 🙂