En Facebook alguien dejó un comentario diciendo que tenía tanto trabajo que no tenía tiempo para deprimirse. Aunque hay personas que acaban con depresión por estrés en el trabajo, da que pensar.
Hacer cosas, una detrás de otra, ayuda a no deprimirse. Si son todo obligaciones desagradables, con el suficiente tiempo viene la depresión. El estrés de no tener tiempo para el descanso o para disfrutar de placeres es muy peligroso. Caer en una obsesión por no poder encontrar una salida también puede acabar en depresión. Yo cumplí esta última condición con treinta años y fue mi depresión más profunda. Hace más de quince años que no sufro ninguna.
Hago muchas cosas diferentes que me aportan equilibrio. Vista desde fuera, mi vida no parece muy equilibrada pero me siento muy bien. Antes mi vida parecía equilibrada y me sentía mal. Sin ganas y sin un futuro claro. Empecé proyectando un futuro y, con poco, fue llegando más. Un libro, una asociación, y amigos con trastorno bipolar para los que estar disponible siempre que puedo. Mi último descubrimiento fue la ciencia y ahora la física en particular. Dar forma a lo que sé sobre el trastorno bipolar para que encuentres la estabilidad a través de un grupo me ocupa una vez al año y lo llevo a las conversaciones de Skype. Si llevas tiempo sin sentirte bien, escríbeme. No serías el primero, o la primera, al que le cambia la vida una hora y media al mes.
Hace veinte años tuve un sueño que, por suerte, pude hacer realidad. Por el camino, he sufrido de todo un poco. Pérdidas, fuertes decepciones y frustración por ver cosas que todavía hoy sufro. Ayer una amiga me dijo que dejara de comprar boletos. Ojalá pudiera, en mi vida siempre hay algo que se tuerce y no sé cómo enderezarlo. Estoy aprendiendo a aceptar lo que no me gustaría tener que ver ni vivir. Para algunas causas he tirado la toalla. Tengo que dosificar mis fuerzas y no malgastarlas.
«Con trastorno bipolar dosificarse cuando es necesario ayuda. Centrarse en uno mismo cuando los demás se te hacen bola también. No sé lo que significa quererse, me imagino que será algo así como priorizarse cuando hace falta. Primero tú para luego los demás, porque si no te sientes bien, ni tú, ni los demás. Me hago feliz todo lo que puedo»