Ayer Raquel me dio los buenos días.

-¡Eres un ser muy extraño!- me dijo en la terraza.

Me gusta jugar con mi hija porque he aprendido que es una buena manera de enseñarle ciertas cosas. Para variar, hoy el comentario va a ser más ligero que los anteriores porque este blog ya acumula bastante profundidad. Y estamos de vacaciones.

Hoy he hablado por teléfono con un másqueamigo. Hace unas semanas me contaba que estaba eufórico, y no es bipolar.

-Pues lo disimulas muy bien -le dije.

Yo le veía sobre todo cansado.

Siempre he sido muy observador. En realidad, sigo siéndolo. Quizás también me haya salvado gracias a esta cualidad. Prestar atención a los detalles de los demás me ha ayudado mucho. Y me sigue ayudando. No todo está escrito en los libros. Hay quien aprende las cosas importantes de una manera más natural. Yo he sido un ser extraño hasta para eso. Lo más importante lo aprendi en los libros. Quizás por este motivo descubrí cosas que pocos o nadie saben. Hay quien llama a lo extraño diferente para suavizar. A mi ya me gustan todos los adjetivos. A ver si al final va a resultar que sí soy extraño :))