Hay quien piensa que todos tenemos un vacío que llenar. Aunque es una forma de hablar, puedo identificarme con el pensamiento recordando mi pasado. Hace veinte años tenía muchos vacíos que llenar. Me sentía un inútil y no era capaz de disfrutar con lo que hacía. Me sentía solo y me faltaba valor para enfrentar algunos problemas y abrirme a los demás. Todo es pasado y el cambio se refleja en mi salud y en mi felicidad.
Aunque puede haber quien no sienta vacíos, pensar de esta manera puede ayudarte a identificar mejor tus problemas. Llenar huecos de tu vida siempre te va a hacer sentir mejor. Ahora mismo yo no siento que me falte nada importante, y no hay sensación más agradable que no echar nada en falta. En los últimos años he tenido que aprender a dejar de ser yo mismo tres veces. Ahora quiero reposar todo lo aprendido para ser más yo mismo. Cuando se habla de desaprender, se trata de tirar a la basura lo que fue útil alguna vez y ya no lo es. Darse cuenta y hacer limpieza es imprescindible para andar ligero y seguir caminando. Como no hay mayor peso que el miedo, y me deshice de esa carga hace un año, puedo disfrutar ahora de una manera muy especial de mi vida.
Este blog sobre el trastorno bipolar ha mudado de piel en los últimos años. Si vas a los primeros comentarios verás que mi evolución ha tenido algunos momentos difíciles como la vida de cualquier persona. Mi debilidades hasta ahora eran las propias de una persona bipolar. Ahora son muchas menos y la mayoría no son limitantes. Veo más posibilidades que problemas y me siento tranquilo. Creo que no hay mejor señal de que voy por el buen camino.
Ya no me estresa casi nada. Cuando siento una pequeña señal de estrés sé cómo parar las sensaciones. Cuando tengo alguna dificultad para dormir, sé cómo recuperar el sueño. Cuando tengo un problema con alguien, sé cómo reconducirlo. Muchas cosas las he aprendido hace poco tiempo. Las más importantes me acompañan desde hace más de siete años. El mismo tiempo que llevo sin padecer los síntomas del trastorno bipolar.