Este verano está siendo uno de los mejores veranos de los que tengo recuerdos. Me imaginaba que no iba a ser uno más porque durante este año he tenido sensaciones muy positivas. Físicamente me encuentro mejor, y tengo intención de mejorar un poco más haciendo más ejercicio que en invierno. Mi amigo Juanma me ha enseñado a respirar y ahora tengo más aguante.

También he aprendido a estar con todos los amigos que tengo diagnosticados con trastorno bipolar sin estresarme, Hace años quería verles y no podía hacerlo muy a menudo porque me sobrecargaba. Necesitaba mis descansos y dosificaba el tiempo que pasaba con ellos. Sé que puede no sonar bien, pero era lo que me ocurría. Ahora tengo más vida social y he dejado aparcado un poco el aprendizaje. No tiene sentido que siga al mismo ritmo que llevé durante más de ocho años, ya saqué mis conclusiones. Unas están en mis dos libros ya publicados, otras estarán en los que iré publicando. Sin embargo, mi mayor placer es estar al lado de personas que antes sufrían mucho, y ver que algunas están ya bien. Les agradezco que sean mis amigos porque son muy generosos conmigo. Mis amigas también lo son.

Los síntomas del trastorno bipolar ya son pasado. Mi última depresión fue hace más de diez años. Hace tres años, tuve sensaciones que me recordaron algún brote psicótico y ahora tengo mucha más confianza en que no me vuelva a pasar. La lección definitiva me mantiene tranquilo y con ganas de disfrutar de la vida sin miedo. Ahora es mi momento :))