En los últimos años he pasado por situaciones difíciles que me han enseñado a aceptar. Todavía me cuesta aceptar algunas cosas pero sigo intentándolo. Ahora me siento más tranquilo que hace un mes.
Cuando sabía que alguien cercano lo estaba pasando mal, me veía obligado a hacer algo. No podía quedarme mirando sin intervenir, o permanecer callado. A veces, perdía los nervios y acababa por estropear más las cosas. Con el tiempo, voy aprendiendo a no intervenir. El trastorno bipolar y la aceptación tienen mucho que ver con la inestabilidad de la persona con la enfermedad. Ahora intento que las personas que quiero, sepan que me tienen cerca si me necesitan. Mi madre tiene la capacidad de permanecer en su sitio siempre sin dejar de ser generosa. Fijarme en ella me ha servido para aprender a no perder la cabeza.
«Si te cuesta aceptar, ten en cuenta lo siguiente. Cuando pases por situaciones críticas, piensa sobre ellas después. Si encuentras los motivos que no te dejan aceptar, puedes cambiar tu manera de verlo. Sentirte mejor es el motivo que no suele fallar. Alejarte puede no ser una mala opción. Ponerte por delante de los demás por tu bien no es egoísmo. Es inteligente para alcanzar la estabilidad con trastorno bipolar.»