Hay algo importante que me ayuda a llevar la vida que quiero y necesito. Soy pensionista y dispongo de todo el tiempo para dedicarlo a lo que me ocupa y me interesa. Además, cuando necesito descansar puedo hacerlo porque dispongo de libertad para tomarme mis momentos de parada. En los últimos años me he dedicado a mantener mi salud como prioridad sin dejar de lado a mi familia, Esperanza Bipolar y el aprendizaje sobre el trastorno bipolar. Como he llegado a un punto en que me resulta difícil aprender más sobre la enfermedad porque no lo necesito para mi vida, ni para hacer lo que hago, ya no tengo tanto interés sobre la ciencia ni el cerebro. Hace cinco años dedicaba mucho más tiempo a la lectura que ahora. Ahora me dedico a tocar la guitarra en mis ratos libres. No se me da bien pero me sienta muy bien. Si eres una persona con un trabajo intelectual, te lo recomiendo. Es la mejor manera de relajar el estrés de cualquier actividad que tire en exceso de tu cabeza. 
 
Con el tiempo me he dado cuenta de muchas cosas. Una importante es que siempre hay que ir cambiando algo para sentirse bien. Al menos, a mí me pasa. Suelo tender a necesitar un punto de novedad que una vida rutinaria no me permitiría. Antes escribía por necesidad, ahora escribo para ti. Antes me reunía con personas diagnosticadas con trastorno bipolar como yo, también por necesidad. Ahora lo hago de una manera diferente. Siento que necesito hacerlo porque los demás necesitan que lo haga. Para mí es un síntoma de buena salud no hacer nada por necesidad o para ocupar el tiempo y evitar la ansiedad de no tener nada que hacer. Como soy una persona que necesita estar bastante ocupada en algo, tener menos necesidad de hacer me hace sentir mucho mejor. Más tranquilo y más relajado. 
 
Este cambio ha sido posible gracias a que me he dado cuenta de que algunas cosas me hacen daño si me dejo llevar. Digo no a muchas cosas porque sé que me perjudicaría dejarme llevar por todo lo que me apetecería hacer. Sacrifico intensidad por tranquilidad y siento que mi vida es mucho más intensa que nunca. Y cuando hablo de intensidad no me refiero a la sensación eufórica de la hipomanía o la manía. Me refiero a la intensidad de disfrutar cada minuto de mi vida, algo que requiere de disponer de tu tiempo, tu espacio y tu libertad de elección. Búscalos porque ahí es donde puedes encontrar todo lo que necesitas. Nada más que la serenidad suficiente para disfrutar de todas las pequeñas y grandes cosas de la vida.