Tengo personas a mi alrededor tan convencidas de algunas cosas que pierden el control sin querer. Yo nunca fui la clase de persona segura de todo, y ahora que me siento muy seguro de algunas cosas sigo manteniendo cierta prudencia al hablar y al escribir. Tampoco he sido nunca una persona que hable por hablar. Sé que casi nada sirve para todos porque no hay dos personas que tengan los mismos recursos. Ni siquiera los fármacos sirven para todo el mundo. Además, para poder aprender he tenido que mantener en algunos momentos una capacidad de autocrítica muy sana.
Si lees este blog sobre el trastorno bipolar habitualmente, te habrás dado cuenta incluso mejor que yo de los cambios que he sufrido en los últimos años. Cuando llegué a estar demasiado seguro de mis certezas no tuve mi mejor época. Hace poco he podido comprobar en las redes sociales cómo algunas personas se comportan como Jackie Chan cuando tienen que defender algo. Yo pasé de Kung Fu a Jackie Chan sin darme cuenta y ahora he vuelto a «Be water, my friend».
Lo mejor de no tener convicciones demasiado arraigadas es la paz que ganas. Para dentro y para fuera. Y como lo de fuera te acaba volviendo el beneficio es doble. Suelo leer con atención incluso a las personas con las que no estoy de acuerdo. Como una persona nos solía decir en Esperanza Bipolar, todos tenemos un cinco por ciento de la verdad. Búscala siempre en lo que dicen los demás.
Hay 4 comentarios en este articulo
No hay ninguna verdad absoluta y esto es una verdad como un templo. Bromas aparte, supongo que esto de la verdad lo es en tanto en cuanto lo compartamos con el mayor número de personas, sin embargo dependerá en gran medida del paralelo y meridiano en el que hayamos nacido.
No merece la pena luchar por defender "la verdad" cuando cada cual tiene la suya y para colmo es cambiante con el transcurso de los años, a menos que se opte por principios rígidos e inflexibles que sólo conducen a la contienda. Como decía o se le atribuye a Groucho: "Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros", o algo parecido. Me parece una sentencia acertada que muestra la inutilidad de pretender mantener el tipo con actitudes inflexibles. Las verdades, en numerosas ocasiones, se basan en creencias relativas y subjetivas. Ni siquiera la ciencia, con todas sus aproximaciones y aunque va en pos de ello, ha logrado descifrar el enigma de la existencia, por decir algo.
En cuanto a las certezas diré que son algo muchísimo más concreto y objetivo y que ya cuento de entrada con dos inamovibles. Una es que he nacido del cuerpo de una mujer y la segunda es que moriré. Las que se obtienen a través de las percepciones de los cinco sentidos, son incorrectas en ocasiones o falsas. Aún así y al ser ampliamente compartidas y cotejadas, las puedo dar por buenas por mucho que en una conversación de ascensor se diga y repita qué mal día hace hoy, cuando a mí me parece inmejorable. Subjetividad/objetividad, difícil de discernir en ocasiones. Pero te recomiendo que arraigues bien profundo las convicciones integradoras y si puedes, no hagas de ello tu bandera ni quieras imponerlas.
No es necesario decir continuamente yo, yo y más yo. En la distancia y alrededor hay y existe una multitud de personas que busca el nosotros sin ansia de despellejar a nadie.
Esta es la rápida reflexión...y ya sabes, si no te gusta tengo otras :)
Salud
me rechina el final después de releerlo, así que lo corregiré...
"Pero te recomiendo que arraigues bien profundo las convicciones integradoras y hagas de ello tu bandera, sin querer imponerla.
No es necesario darle tanta fuerza al yo, cuando en la distancia y alrededor hay y existe una multitud de personas que reclama el nosotros."
así me gusta más
¿y cuáles son las convicciones integradoras?
a mí también me ha gustado tu final.