Todo lo caliente acaba por quemar. Así que mejor dejar enfriar que quemar una relación para siempre. Con trastorno bipolar las calenturas pueden acabar con todo lo que necesita mucho tiempo para crecer.
He conocido personas que han perdido su trabajo por la enfermedad. También personas que han perdido a sus parejas porque los momentos calientes han acabado por abrasar la relación. Yo mismo pasé por momentos calientes y ahora soy consciente de lo difícil que tiene que ser mantenerse al lado de una persona que pierde el control a lo grande. No sé si se puede separar a la persona de la enfermedad, hay quien dice que sí. Yo no creo que sea fácil, pero sí que he sido capaz de separar a la persona de lo que la persona expresa en una crisis y después de ella. Mientras la rabia no desaparece, la persona no aparece. Hoy don José ha aparecido y me alegro por los dos. Y mucho por él.
La amistad es uno de los grandes bálsamos contra el trastorno bipolar. Como toda relación ayuda siempre que no haya daño por ninguna de las dos partes. Reparar el daño no es tampoco fácil, pero no es imposible. Remover la mierda nunca funciona. Intentar ser constructivo y distinguir lo que de verdad es importante cuesta una vida. La mayoría de mis amigos están diagnosticados con trastorno bipolar y no es raro después de llevar tantos años en Esperanza Bipolar. No tengo mucho tiempo para ellos pero intento verles a menudo. Siempre es un placer ver a un amigo.
«Todo lo que pasa, si no nos cambia, nos vendría bien que nos cambiara. La única manera de cambiar es tratar de reaccionar de una manera diferente si quieres que algo cambie. Antes no me daba cuenta de muchas cosas, ahora me entero un poco más. Somos como máquinas que repiten hasta que aprendes a dejar de repetir para encontrar lo que te hace bien»