Hoy recuerdo la enfermedad: la depresión, la manía y la psicosis. Han pasado muchos años y todos los recuerdos del trastorno bipolar que viven conmigo son imágenes borrosas que ya no hago ningún esfuerzo por recordar. Están pero no están.
Ocho años desde que me reuní por primera vez en Bilbao con el nombre de Esperanza Bipolar con otras personas diagnosticadas. Otros muchos recuerdos de amigos que dejaron de venir y que conocí de una manera muy íntima. De todos ellos aprendí algo importante y les debo a todos mucho más que la remisión. La satisfacción de saber que confiaron en mí y me permitieron poner mi inteligencia y mi corazón a su servicio.
Exactamente lo mismo que pretendo hacer a partir de hoy en este nuevo blog llamado Remisión Bipolar.