Hace no tanto tiempo, con estrés tenía sensaciones que me recordaban el trastorno bipolar. Hace cuatro años, mi mujer me ayudó a evitar que sufriera un brote psicótico. Varias noches tuve que tomar fármacos para dormir.
La última vez que tuve sensaciones que me recordaron a la hipomanía fue por estrés. Era el hombre orquesta en Esperanza Bipolar y estaba sobrecargado. Estaba haciendo un exceso de trabajo intelectual porque intentaba que todos se sintieran cada día mejor. Tenía a más de quince personas dentro de mi cabeza: demasiadas para un espacio tan pequeño. Pensaba y analizaba mucho para intentar ayudarlas mejor. Recordaba las conversaciones de las reuniones provocando que mi estrés intelectual fuera en aumento. A veces no podía dejar de pensar: el mayor riesgo. Me di cuenta y dejé de analizar, pensar y recordar: lo que me estresaba. Se acabó mi estrés.
«Si aprendes a no estresarte, reducirás la probabilidad de sufrir los síntomas. Lo que te estresa es lo que es muy importante para ti y no sabes manejar. Es más fácil no estresarte dejando de hacer lo que te provoca lo que yo llamo estrés bipolar, que haciendo algo para no estresarte. Yo no pude renunciar a lo que es importante para mí para tener una vida plena»