Hace poco más de una semana, y en una primera reunión relacionada con los hábitos saludables me ofrecí voluntariamente a coordinar una iniciativa en Innobasque que, desafortunadamente, he tenido que abandonar.
Días después y en días consecutivos me desperté de madrugada como si un interruptor levantara mis párpados y fuese ya hora de levantarse, cuando no lo era. Seguramente conoces bien esta situación si has sufrido alguna vez la euforia y el cuerpo habla de la forma más curiosa cuando uno no oye ninguna voz pero siente que algo está interfiriendo tu rutina de sueño. No tardé mucho en decidir bajarme de un tren que todavía no estaba en marcha porque soy muy consciente de que tengo una responsabilidad muy importante de velar por mi bienestar. Mi salud, dos hijos todavía pequeños, un grupo de personas de la asociación EB y tú son motivos más que suficientes para que no ponga en riesgo el avance de los últimos años.
Mi salud física, consecuencia de un trágico accidente, no se corresponde con mi edad, y mi diagnóstico de trastorno bipolar me obligan a mantener una rutina muy estricta de hábitos, actividades intelectuales, ejercicio físico y descanso a partes iguales. No puedo rendir como los demás, ni nunca pude hacerlo porque las limitaciones que impone el trastorno bipolar son insalvables. Reconocer tus propias limitaciones es tan importante como no olvidarlas nunca. Marcar tu propio ritmo para ajustar el mismo a tu estado anímico es una de las muchas maneras que he encontrado para mantener el trastorno bipolar a raya. Acabar siendo víctima de la sobre-estimulación por perder la conciencia de uno mismo y no poder parar cuando se ha activado el interruptor supone una recaída casi siempre. Imagino que hay varios interruptores en el proceso que conduce a la manía pero en cuanto tengas la sensación de que «alguna situación» ha pulsado el primero, tú eres el responsable de poner freno sin esperar ni un sólo día.
Padezco dolor crónico, y llevar una vida saludable responde a cualquier adjetivo menos al de «fácil». Hace cinco años, cuando paseaba en bicicleta por mi ciudad al abandonar la silla de ruedas y no poder caminar porque el dolor era más intenso, me encontré con un conocido que me dijo: «¡Qué deportista!». Al rato, aquel comentario me hizo sonreir.
Hoy me alegro de no haber perdido el sentido del humor después de que la vida me arrebatara la vida de mi mujer. El sentido del humor es uno de los diez salvavidas a los que me tuve que agarrar fuerte para no ahogarme. Sonreía cuando no podía alcanzar caminando a los pensionistas que casi doblaban mi edad y visitaban el Puente Colgante de Bizkaia, y hoy es el día que mi fachada no se corresponde con mi salud. Desde el año 2006, problemas digestivos hoy más ligeros, un problema respiratorio que me provoca la fatiga de un abuelito al menor esfuerzo, y dolor crónico en los pies y piernas me obligan a convertirme en un ejemplo de los hábitos saludables por obligación. Sea como sea, bienvenido a los hábitos saludables, soy un buen ejemplo de sus efectos beneficiosos en el bienestar psicológico 🙂
Hay 9 comentarios en este articulo
El sentido del humor como dices, es cosa buena, muy buena. El punto de vista cómico desdramatiza una realidad que gusta de ser coloreada con tonos grises. La carcajada puede resultar de una catarsis total cuando uno ya no sabe ni de qué se ríe, sino tan sólo ríe y ríe. La risa, como dice algún proverbio por ahí, es la distancia más corta entre dos personas.
A lo largo de la vida a uno le han vendido continúamente la idea de que hay que ser serio,confundiéndolo con que hay que ser responsable. Y la peña se embute en sus rostros de póker, serios y dramáticos, como androides anónimos salidos de algún episodio de la guerra de las galaxias. ¡Qué gran tomadura de pelo!
En una ocasión que andaba serio y estresado, una persona mayor me sonrió espontáneamente. Me regaló una sonrisa sin motivo aparente. Aquella sonrisa actuó como un interruptor y me cambió el humor.
Es bueno, muy bueno ir con una sonrisa por la vida o con una canción en la mente o con un talante optimista, aunque basta con sonreír abiertamente con los ojos. Qué puedes perder?
Salud para tod@s
No estoy de acuerdo con esta expresión : " Las limitaciones que impone el transtorno bipolar son insalvables "
Y vos, ¿qué dirías acerca de las limitaciones?.
Los enfermos bipolares tenemos que estar alerta por las emociones que pueden despertar proyectos nuevos. Sin dejar de estar abiertos a nuevas experiencias es digno de admirar la retirada a tiempo cuando percibimos los primeros síntomas de no controlar la situación. “No es facil saltar del tren en marcha”. La humildad de reconocer nuestras limitaciones de hoy serán triunfos en futuras batallas de mañana.
Pienso que la sonrisa sincera es lo mejor de lo mejor en la expresión no verbal ya que acerca a las personas y facilita el dialogo.
Un cordial saludo y muchos ánimos.
Sobre las limitaciones diría lo que ha dicho 3jpinilla: "La humildad de reconocer nuestras limitaciones de hoy serán triunfos en futuras batallas de mañana", porque no es tan determinista. Yo diría que las limitaciones que intenta imponer el problema del transtorno bipolar no son, per se, insalvables.
alberto, llevo bastante tiempo viéndome reflejado en la actitud que propones y practicas, y no sólo no puedes perder nada. Puedes ganar mucho! :)
para mi algunas limitaciones todavía son insalvables. Estoy deseando que llegue el día en que no lo sean aunque estoy muy satisfecho con mi vida. La mayoría de las personas que conozco con trastorno bipolar aparentan tener muchas más de las que yo todavía no he logrado superar. También me he dado cuenta de que reconocer tus propias limitaciones, sean derivadas del trastorno bipolar o humanas en el sentido más amplio de la palabra, es una auténtica liberación :)
gracias 3j por tus ánimos, aunque no hayan decaído en ningún momento ;). Hace tiempo que no creo en las batallas, desde que encontré la paz con un cambio de vida importante ya no hay triunfos ni derrotas. Disfruto de los logros pero no me desespero por aquello que no sale como uno pretende. Es más, lo recibo con una sonrisa en la boca :)
Si crees que las limitaciones del TB no son, per se, insalvables, me encantaría leer cómo has conseguido llegar a una conclusión tan ilusionante. Deja tu comentario aquí y todos aprenderemos de ti.Me alegro mucho de tus avances :)