Búsqueda y cambio son muy necesarios cuando un grave problema de salud nos afecta. Hace dos semanas, tuve que dejar de colaborar desinteresadamente con un amigo para ayudarle a sacar adelante su empresa porque era el momento de decidirse. Mi compromiso contigo, con todas las personas de la asociación y con todas las personas diagnosticadas con trastorno bipolar que conozco, cada día me dejan menos tiempo disponible. Por este motivo, he tenido que olvidarme del mundo de la empresa para enfocarme hacia el mundo de la empresa social.
Este es el resumen de una trayectoria que ha incluído muchos fracasos personales, profesionales y vitales. Desde hace mucho tiempo sólo concibo el éxito vital, entendido como satisfacción vital, bienestar psicológico e incluso felicidad. Tres años con este trío ganador me invitan a dejar de buscar.
Di muchos palos de ciego hasta llegar hasta aquí, me equivoqué siempre que había ocasión de hacerlo y uno de mis mayores salvavidas fue la búsqueda. Nunca dejé de buscar y no paré hasta encontrar. He aprendido, como cualquier otro, de los errores más que de los aciertos. La única forma de no equivocarse es quedándose quieto, un hábito tan arraigado como el miedo. Tenía muy claro que lo primero que tenía que buscar era la salud y tomando decisiones que resultaron muy acertadas la encontré allí donde no la había buscado nunca antes. Fuera de mi, y no dentro. En lo que doy, y no en lo que recibo. Lo que regalas es lo único que te pertenece.
Al concluir mis estudios universitarios, me formé en tres disciplinas y descubrí que no hay mayor placer que el placer de aprender. Busca, y aunque no encuentres, sigue buscando. Un buen punto de partida para orientar tu búsqueda es pensar en quién eres y cómo eres. Pensar qué necesitas y de qué puedes prescindir. Pensar para qué sirves y para qué no. Déjate llevar por la intuición y pregunta después a la razón, porque la razón no siempre dirige bien. Las emociones saben lo que la razón no comprende. La búsqueda es un proceso que consiste en plantearse alternativas y elegir. Equivocarse, volver a plantearse alternativas y seguir eligiendo. En este proceso, acompañado por un profesional de la salud que conozca los entresijos del trastorno bipolar, hay muchas garantías de éxito. Si dispones de la libertad para tomar tus propias decisiones y equivocarte tú mismo para que no puedas culpar a nadie es mucho más fácil. Básicamente, porque es la mejor manera de aprender y de seguir buscando hasta encontrar. Si yo pude hacerlo, seguro que tú también puedes.
¿Sigues buscando? ¿Has dejado de hacerlo porque ya encontraste? ¿O piensas que es mejor no buscar? Estoy deseando aprender de ti 🙂
Hay 6 comentarios en este articulo
Primero e ineludiblemente se impuso la siquiatría, de la cual agradezco algunos de los medicamentos que tomo, he tomado y tomo de vez en cuando. Unos porque comprobé que equilibraban mi humor, otros porque me aseguran dormir cuando lo necesito, otros porque desaceleran un cerebrito que gusta de hacer interpretaciones erróneas, otros porque me aportan lo que por mi mismo no soy capaz de aportar. Vamos que tengo una botica bien surtida.
También he probado otros medicamentos típicos en el tratamiento de este trastorno, que he tenido que darles la espalda por no gustarme, ni ver en ellos conveniencia alguna. Pero bueno, en el proceso siquiátrico de ser tratado por distintos especialistas lo importante es que he ido decantando lo que me hace bien y apartando lo que no me ayuda. Cuento con la confianza del siquiatra para que yo mismo realice reajustes ocasionales y precisos y pienso que uno termina cogiéndole el puntillo a las pastillas. Este es el resumen de mi experiencia en este mundo. Pero claro, la siquiatría jamás me ha garantizado que me iba a curar, ni lo ha hecho cuando las recidivas se sucedían. Tienen su magia, pero tenía que buscar otros brujos. Así que recurrí a su hermanita la sicología.
Probé con varios terapeutas de distintas escuelas, pero uno es tan nuevo, tiene tan poco claro qué buscar o exigir de un sicólogo, que pienso que resulta difícil dar con el conveniente. Desde mi experiencia apostaría sólo por aquel que día a día te hace sentir mejor. A veces salía de la consulta peor de lo que entraba, mal rollo. Si uno da con la fortuna de hallar el adecuado, debe sentirse enriquecido día a día. Pienso que es deber del terapeuta señalar tus fortalezas y aflojar tus defensas, contradictorio verdad?.
Encontré al terapeuta adecuado para mi, no en una consulta sino en un grupo en el que se practicaba otro tipo de brujería. En ésta, lo bello y encantador es que uno puede embrujarse a sí mismo. La fórmula es sencilla pero requiere constancia, perseverancia, disciplina. Pero sobre todo una inclinación hacia ello o el resultado de una búsqueda que no ha de parar hasta dar con lo que a uno le hace sentirse bien.
Suerte con tu búsqueda, los caminos que conducen a la salud son múltiples. Y si mi experiencia refuerza tu propia confianza, la daré por bien contada. Pero si menoscaba la que tienes en cualquiera de tus brujos particulares, no habrá servido de nada.
Qué bueno aprender de estos Aalbertos.
Eso de la identidad me genera mucha confusiòn, perplejidad, angustia. Cómo puede saber cómo es uno, qué le gusta etyc etc con tanta variabilidad.
Me alegra que hayas encontrado magia y brujos en distintos momentos de tu vida. ¿Sabes cuál es mi magia y quiénes son mis brujos en este momento? Mi magia es la ilusión que pongo en todo lo que hago y mi brujo, una mujer más joven que yo que lucha por superar un cáncer e irradia serenidad y vida.
Y en cuanto a la búsqueda, alberto, hace ya más de seis años que no busco. Tan importante como no dejar de buscar cuando es necesario, es dejar de hacerlo cuando ya no lo es :)
La identidad da mucho que hablar, y está en mi lista de "comentarios pendientes". Tienes toda la razón del mundo porque es muy fácil perder la identidad entre los síntomas. Si encuentras un buen médico y un buen psicólogo recuperarás tu identidad. Eso, y mucho más :)
Tienes que buscarte, que aveces es algo complicado encontrarte en tu interior y estar contigo mismo y pensar.
Me encantó, Johan!!!! :O :)