En esta vida es tan importante priorizar como aprender a decir que no. Especialmente si padeces los síntomas del trastorno bipolar porque, de no hacerlo, uno corre el riesgo de subir y bajar sin llegar nunca a encontrar la estabilidad, para finalmente acabar allí donde más duele y de donde más cuesta salir: la depresión.
Priorizar, especialmente en los primeros años hasta que uno retoma su vida, puede marcar un antes y un después si tienes claro que tu primera prioridad es la que todos sabemos y muchas veces olvidamos, la salud. Yo ya no lo olvido ni lo olvidaré nunca porque hay circunstancias que pueden empujarnos a tomar determinadas decisiones o afrontar algunos cambios, que pueden afectar seriamente a nuestra salud. Estímulos a los que parece que no podemos negarnos -cuando en realidad sí podemos y se puede aprende a hacerlo- que pueden tirar de ti para invitarte a abrir una puerta con salida a un precipicio. No es necesario estar excesivamente preocupado sino bien atento a no repetir errores o caer en el piloto automático que más de una vez ha podido llevarte allí de donde es imposible regresar sin pasar antes por una casilla de salida demasiado dolorosa como para que merezca la pena.
Afortunadamente, ahora apenas pienso en mi salud porque disfruto de ella a pesar del dolor que padezco y otros pequeños problemas llevaderos -secuelas de un trágico accidente- y todos mis propósitos van llegando, una verdadera novedad para una persona que tuvo que romperse la cabeza demasiado a menudo para llevar una vida como la de cualquier otra persona, con las dificultades y obstáculos que todos tenemos que afrontar. Afirmar que ha bastado con arrancarme una espina para dejar de sufrir el dolor emocional sería simplificar demasiado las cosas, pero sin haberlo hecho nada de lo que he vivido últimamente hubiera sido posible. Cuando me arranqué la espina lo hice priorizando mi salud, y fue uno de mis mayores aciertos hasta el día en que lo hice. Si intuyes que hay algo que te provoca dolor porque no sabes cómo manejarlo y puedes prescindir de ello, no lo pienses dos veces. Al hacerlo, tu vida cambiará a mejor con toda seguridad. A partir de ese momento el panorama cambia tanto que no merece la pena ni que te lo imagines, porque será más idílico de lo que alcances a imaginar. Han pasado ya siete años desde que hice lo propio y te puedo asegurar que ni en el mejor de los sueños estaría viviendo lo que estoy viviendo.Una vez que hayas priorizado tu salud, no olvidar seguir estableciendo prioridades en todas las facetas de tu vida es tan saludable como lo es para cualquiera que no haya sufrido nunca el trastorno bipolar. Constituye un aprendizaje que no termina nunca, y del que disfruto siempre que me enfrento a él.
Si has tenido la fortuna de no haber perdido a un ser querido recientemente, espero que estés disfrutando de estos días. Si por éste u otro motivo cualquiera lo único que deseas es que pasen estas fechas cuanto antes, piensa en hacer disfrutar a quien te rodea. Es un truco que no suele fallar 🙂