Hasta los cuarenta años apenas tenía confianza en mí. Poco a poco fui ganando confianza a medida que me sentía mejor y empezaba a lograr las cosas que me proponía.
No estar en mi lugar condicionó mucho lo que acabé por sentir. Donde estaba no conseguía lo que me proponía y acabé con mucha inseguridad. Hice muchos esfuerzos para conseguir algunas cosas después de mucho intentarlo. Ahora no me arrepiento del esfuerzo porque quizás me sirvió para ahora lograr lo que me propongo. En lo personal no me está saliendo todo bien, pero estoy tranquilo porque he puesto todo de mi parte. Cuando sufría el trastorno bipolar, me frustraba mucho hasta acabar desesperado y deprimido.
«Si dependes de los logros, y no logras lo que quieres, puede haber muchos motivos detrás. La mayoría de las veces no somos los únicos responsables de lo que nos sucede, al contrario de lo que muchos piensan. Hay mil y un motivos detrás de todo lo que vivimos. Como no tienes más opción que hacer lo que puedes con lo que tienes, pensar con inteligencia es muy importante. Aprender de cada error es clave, pero sin castigarse.»