En mis peores años, con el estrés perdí la confianza en mí. Me vi forzado a dar un cambio radical para sentirme bien y ganar mi confianza de ahora. Encontré una pasión y a lo que dedicarme.
Con mi mujer también pasé por malos momentos. Sin embargo, no perdí mi confianza en ella. De momento, seguimos con la ilusión de mantener nuestra relación sin estar casados. Aunque la confianza ha sufrido un desgaste, no hemos perdido la ilusión. Querer continuar y confiar en lo que siento es suficiente para mí. Nuestra relación de pareja ha pasado por situaciones de estrés que complicaron las cosas. En los peores momentos, me puse un plazo para no tomar una decisión en caliente y lo logré.
«Si has caído en una depresión después de haber perdido la confianza, o sufrido una etapa de estrés intenso, es importante que busques un lugar tranquilo y te tomes tu tiempo para recuperarte. Si después te vuelves a sentir otra vez mal, o sufres otra depresión, es momento de plantearte un cambio radical. No hace falta mucho tiempo para saber si un cambio te ha sentado bien o todo sigue igual.»