No tengo ni la más mínima idea de cómo vives con la enfermedad. Puede que convivas con ella como quien lo hace con una pareja a la que, simplemente, soporta. También puede que todavía te sientas maltratada por ella. O que signifique poco más que una caja de farmacia. Sea cual sea tu situación, escribo para ti con la convicción de que lo que te cuento te puede servir para recuperar tu vida o construir una nueva. ¿Pretencioso? No lo creo. Si yo lo he logrado, tú también puedes hacerlo. Muchos ya están empezando a sentirlo.
Hace tiempo, en la asociación, una persona dijo que estando ocupada evitaba que la enfermedad diera vueltas alrededor de ella. Al mismo tiempo que contaba su experiencia, hacía girar una mano alrededor de su cabeza. Me sorprendió mucho verla hacer un gesto tan expresivo. Tener la sensación de que algo fuera de tu control te acecha tiene que ser bastante angustioso. Conozco personas que se encuentran en esta situación, y leo muchos comentarios en redes sociales de otras que se sienten a la deriva con la enfermedad. Hace muchos años, yo me sentía igual. Como se suele decir: no sabía por dónde me daba el aire. La verdad es que han pasado muchas cosas en mi vida durante este tiempo, y he tenido que comenzar de nuevo, al menos, dos veces. Aunque siempre hay algo nuevo en mi vida que me permite disfrutarla al máximo, ya no hay grandes cambios porque no los necesito.
Estar ocupado es muy importante. Estar ocupado para evitar algo es un error. Especialmente cuando ese «algo» te hace sufrir y crees que en la distracción está la solución. Todavía recuerdo esa sensación de necesitar estar siempre ocupado y desgasta tanto como una sobredosis de informativos. Los gimnasios urbanos y los centros de yoga viven de semejante necesidad. Por no hablar de muchos profesionales de la salud mental. Se me ocurren otras muchas maneras de estresarme, pero ninguna me haría sufrir tanto como volver a necesitar estar siempre ocupado. Sólo de pensarlo, me dan escalofríos. Y te lo dice alguien que está siempre ocupado y a quien le cuesta estar sin hacer nada.
¿El secreto? Todo lo que hago me motiva. Y si dejara de hacerlo, mi vida no tendría el valor que tiene desde hace mucho tiempo. El tiempo que llevo disfrutando de la vida.
Hay 2 comentarios en este articulo
Felicidades Alberto!
Por la entrada y por tu cumple ;)
Ana.
Gracias, Ana!