Mi opinión sobre la genética del trastorno bipolar no es relevante. Sin embargo, es un tema que me interesó durante un tiempo y voy a contarte aquí mis conclusiones de entonces.
La posible aparición de muchas enfermedades tiene una componente genética. El tener ojos azules también. En el caso de las enfermedades mentales, ocurre lo mismo. La predisposición a padecer el trastorno bipolar parece ser mayor en familiares directos de personas que sufren o sufrieron la enfermedad. La genética influye mucho, pero el entorno también influye mucho. Como la genética no podemos cambiarla, algún día escribiré sobre cómo pienso que influye el entorno en la aparición de la enfermedad. En 2020, no se conoce ninguna secuencia genética ni ningún gen que sea determinante para el desarrollo de ninguna enfermedad mental. Lo que más se repite en los extractos de las investigaciones es la palabra «podría».
«El trastorno bipolar presenta una elevada heredabilidad. Sin embargo, no se puede concluir que se transmite de padres a hijos. Puede haber muchos otros factores que podrían influir en la aparición de la enfermedad y no se conocen porque apenas se investiga sobre ellos. La mayor parte de la investigación está dirigida a la genética y al diseño de fármacos. La ciencia se interesa más por lo fácilmente medible. Una verdadera lástima.»