La semana pasada hice algo que antes me habría desestabilizado. Estuve con personas bastante intensas: la clase de personas que pueden contagiarme su intensidad. Estuve tranquilo: prueba superada.
Siempre he sido una persona que aprecia lo nuevo. Tiendo a sentirme atraído por lo que no he probado nunca, y puedo aburrirme con lo ya conocido. En realidad soy un poco contradictorio porque tampoco me gusta la vida loca. Para vida loca ya tuve suficiente. Relacionarme en la asociación Esperanza Bipolar con personas diferentes me ha convertido en una persona más flexible, aunque tampoco soy para todos ni todos son para mí. Hace poco tuve una mala experiencia con un amigo y nuestra relación terminó. Es la primera vez que no insisto porque tuve la sensación de que, en realidad, estaba haciéndole daño sin querer. Antes pensaba que podía ayudar a todo el mundo. Gran error. Esta vez me alegro de haberme dado cuenta de que no era así.
«Cuando sales de tu entorno puedes correr riesgos dependiendo de tu mayor vulnerabilidad. Si eres una persona muy direccionada y te juntas con personas como tú, potenciarán tu tendencia natural. En ese sentido, yo aprendí a evitar juntarme con personas que puedan perjudicarme y eso me ayudó mucho a sentirme bien. Las sensaciones físicas son las que me guían«