Lo normal es recordar las desgracias vividas, el daño que nos han hecho, o lo bueno que hemos perdido. Las tres cosas pueden llevarte a la depresión o hacerte sufrir mucho. Es muy importante aprender a recordar.
Pasé cinco años recordando a ratos mi pasado lejano. Un tiempo después, me di cuenta que cociné ira, rabia y rencor al recordar lo más doloroso. Tenía dos heridas: uno con mi padre y otra con mi primer psiquiatra. Para liberarme del daño de mi primer psiquiatra escribí un libro que no publiqué. Para empezar a cicatrizar a mi padre, necesité recordar cosas que determinaron mi futuro para mal. La cura definitiva tuvo lugar cuando le perdoné. He visto muchas personas pasar un proceso parecido en la asociación Esperanza Bipolar y me alegro por ellas. Lo que yo hice con la escritura, ellos pudieron hacerlo de una manera más natural y en menos tiempo. Con esa intención, diseñé varios talleres para facilitar el recuerdo.
«Con trastorno bipolar, recordar es clave para poder recuperarte. Intentar evitar sufrir recordando es lo normal, pero no ayuda a superar el daño si es grande. Recordar tiene otra gran ventaja: ayuda a no cometer los mismos errores. Si después de que algo te ha hecho sentir muy mal, recuerdas y piensas en los porqués, darás un pequeño paso para intentar evitar que te vuelva a pasar lo mismo otra vez»