Cuando llegan los meses de verano dejo de hacer algunas cosas de mi rutina. Tenía ganas de descansar pero llega un punto en que el cuerpo me pide volver a mis cosas.

Hasta que encontré mi rutina pasó un tiempo. El dolor crónico me condicionó mucho y me obligó a caminar y leer todos los días. De las dos formas el dolor se distrae. No he dejado de hacer ninguna de las dos cosas ni un sólo día desde hace veinte años. Cuando he llegado a saturarme con algunas ocupaciones he descansado. Por ejemplo, he estado varios meses sin leer libros de divulgación científica. Ahora he vuelto y le encuentro el sabor de siempre. Empiezo a sentir el paso de los años en mi vitalidad. Puede que sea un buen momento para obligarme a mover el cuerpo más allá de andar.

El problema es que lo que no gusta cuesta más hacer. A veces, también pasa que deja de costar tanto esfuerzo cuando llevas varios días haciéndolo. Como me veo obligado a hacer todo a un ritmo lento, me cuesta encajar lo nuevo en mis viejas rutinas. La rutina con trastorno bipolar dicen que siempre es buena. Yo creo que es buena si te aporta buenas sensaciones y te permite disfrutar de las cosas buenas de la vida. Si no disfrutas, la cosa cambia mucho. No tener reuniones de Esperanza Bipolar ha sido muy positivo durante el mes de julio. Sin embargo, me he dado cuenta de que perder el ritmo de escritura en este blog sobre el trastorno bipolar ha hecho que me cueste volver a cogerlo.

Estar ocupado es muy importante. Descansar también es estar ocupado. Estás ocupado o ocupada en descansar. Cómo repartir el tiempo a veces no es fácil. Las obligaciones condicionan pero la salud, si no la atiendes, te acaba por obligar. Parar cuando es necesario debería ser obligado. Todo depende de a qué te dediques y cómo te desgaste lo que haces.

«Con rutinas estables que sientan bien es más fácil evitar los altibajos. Tener la sensación de que el tiempo pasa a buen ritmo es muy buena señal. En manía el tiempo vuela y en depresión el tiempo se para. Una buena compañía es fundamental. Saber para qué haces las cosas y si son importantes para ti también ayuda a tener buenas sensaciones»