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Esta semana hablé con varias personas de Latinoamérica diagnosticadas con trastorno bipolar. Las reuniones por Skype llegaron a otros países años después del primer intento.
En el año 2002 tuve lo que algunos llaman un sueño. Por suerte, lo pude hacer realidad. Muchas circunstancias me han ayudado, pero también he dedicado muchas horas a hacerlo realidad. Todo empezó en el 2008. En aquel momento todavía necesitaba la silla de ruedas. En 2011 puse nombre al sueño: Esperanza Bipolar.
En redes sociales comencé en el año 2009. Por aquel entonces, éramos pocos pero algunos llegamos a conocernos en persona. Guardo muy buenos recuerdos de aquella época. Con la pandemia, comenzaron las reuniones virtuales que hoy todavía se mantienen. Si quieres estar en alguna de ellas, puedes hacerlo cuando quieras. En el año 2015 publiqué mi primer libro sobre el trastorno bipolar, y en el año 2018 publiqué el segundo. El otro día un amigo me dio un gran idea para publicar un tercero antes de terminar el que será mi último libro.
Mi última depresión fue en el año 2008. Mi única manía fue en el año 1999, una manía que derivó en psicosis. Estuve a punto de caer en una nueva psicosis en el año 2002, y mi última situación de riesgo fue en el año 2018. Por suerte, una persona me libró de ella. De todas guardo recuerdos que tienen su valor. He aprendido cómo se detona una manía y la psicosis. También he aprendido cómo se cuaja una depresión. Las lecciones están dentro de mí y me sirven para estar bien. También ayudan a otros.
«Repasar mi vida me ha ayudado mucho. Repensar mi vida me sigue ayudando. Con las dos cosas he creado unos ejercicios de escritura que puedes conocer en Esperanza Bipolar. Muchas personas de distintos países han vivido la experiencia. De México, Argentina y Uruguay también.