Ya no intento hacer cosas alejadas de mis capacidades en mi dedicación al trastorno bipolar. He sabido renunciar a algunas y prefiero elegir bien a qué dedicarme. Valoro todo antes de decidirme.
Cada vez soy más consciente de lo que puedo hacer y de lo que no. Antes me creía capaz de cualquier cosa, ahora ni en sueños. Puedo hacer cien cosas más y mejor que antes, pero hay otras cien que no. Intuyo mejor a dónde me puede llevar una decisión, y ante la duda no hago. Las dudas se traducen rápidamente en mi cuerpo en sensaciones que me dicen: «Alberto, no». Estoy muy enfocado y no quiero perderme ni despistarme por el camino. Carlos, también bloguero, va a arrancar una iniciativa. Yo quería conocer lo que iba a hacer con otras personas pero no voy a participar. Aunque se trata de un proyecto muy interesante, voy a mantenerme al margen de momento. Me alegra saber que hay otras personas con ilusión por hacer cosas para los demás. Con Esperanza Bipolar y mi futura colaboración con Sergio tengo más que suficiente por ahora.
«No soy una persona muy adaptable y actúo en consecuencia. Me manejo bien en algunos entornos pero no en todos. Hay cosas que sé que no son para mí. Haber aprendido a distinguirlas me ha ayudado mucho. Si estás atento o atenta a las sensaciones de tu cuerpo conocerás mejor tus límites. Si quieres traspasarlos, conviene que lo hagas poco a poco y con mucha precaución»
Hay 2 comentarios en este articulo
Hola, Alberto.
Tienes toda la razón del mundo. De hecho, yo espero no caer en esa trampa que tú describes, porque para mí el estrés es lo peor del mundo, casi te diría que ha sido el origen de todos mis males pasados y ese estrés, entre otras cosas, se debe al desenfoque personal, a una actitud que nos conduce a hacer algo que no deseamos o para lo que no nos consideramos capaces.
Te agradezco mucho tus palabras y, en el mejor de los sentidos, me gustaría seguir contando contigo, con tus ideas y con tus sugerencias, salga o no adelante esa iniciativa. Y, por supuesto, te deseo que tengas mucho éxito con tus proyectos.
Un abrazo muy fuerte.
lo mismo te deseo, Carlos. Gracias por escribir.