Tengo varios amigos con los que me siento muy bien. Son los que están siempre, cuando les necesito y cuando no les necesito. Tengo un concepto de la amistad diferente y la suerte de tener buenos amigos.
Este año me decepcioné mucho con algunos amigos. Ya no les siento como antes ni les llamo. No me convence quien dice que la vida te separa, o quien me dice: «ya sabes que estoy ahí cuando me necesites». Si tengo cáncer de páncreas no pienso llamar a nadie. No me gustan las personas insensibles o las que después de haberles dado mucho, y ellos haberte dado poco, todavía esperan todo de ti. Entiendo que haya personas para las que la amistad no sea tan importante como para mí. Ahora ya las distingo, y me voy olvidando de ellas. No pienso mendigar a nadie su tiempo ni su atención. Prefiero pocos amigos y presentes que muchos y ausentes. Quien tiene tres amigos tiene más amor que Romeo y Julieta.
«Con trastorno bipolar, tener amigos es más que necesario. Algunos rasgos hacen difícil mantener a los amigos y es importante pensar en ellos. Si tú cambias no necesitas que tus amigos o amigas cambien para ti. Yo ya cambié mucho y aquí me quedo. Quien quiera, ya sabe dónde estoy. Hacer un amigo es difícil, perderlo demasiado fácil. Ténlo siempre en cuenta»