Una persona me ha preguntado cómo manejo el tema. Hasta hace cinco años lo manejé y ahora siento que ya no necesito manejarlo.
Lo más importante tiene la forma de sentimientos. Me siento agradecido a las personas que comparten su vida conmigo, en paz y feliz. También agradezco haber sido capaz de aprender a disfrutar de la vida y tener la oportunidad de dedicarme a los que no están en la misma situación. Satisfecho y sin conflictos, motivado y sin estrés. Siempre acompañado por personas o por letras. Mi familia, mi amor y grandes expertos del mundo del conocimiento. Matemáticos o pensadores, científicos o sabios. Y siempre acompañado por el tonto que tropieza: yo mismo.
Es muy posible que tenga en cuenta muchas cosas para no sufrir los síntomas del trastorno bipolar. Cuarenta y ocho cosas están en mis libros, pero hay muchas más. Podría escribir media docena de libros más con todas ellas pero he decidido convertirlas en una práctica a través de Skype. Algún día escribiré un libro sobre la ciencia que hay detrás de todo lo que aprendido. Estoy en un buen momento y el descanso de estos dos meses me ha sentado muy bien. También me siento muy afortunado por saber lo que muchos psiquiatras desconocen porque no han vivido la enfermedad y se apoyan en cuatro cosas que son insuficientes. Ojalá pueda continuar mucho tiempo con lo que hago. Me he preparado durante más de quince años y ahora lo hago sintiendo música. Ya no hay ruido, aprendí a anularlo en mi cabeza.
«Mi vida ha sido muy extrema. Una gran desgracia y golpes duros. También golpes de buena suerte y una inteligencia explotada al máximo que me ha ayudado mucho. Aunque las personas que están a mi lado son las que me dan una calidez que no encuentro en los libros. Las chispas de los libros están dentro de mí y muchas están escritas en mis libros»